En el presente artículo discutiremos cuestiones de orden estético-existencial, a partir de la lectura de Las ensoñaciones del paseante solitario de Jean-Jacques Rousseau, en diálogo con el texto Jean-Jacques Rousseau: la transparencia y el obstáculo de Jean Starobinski que, junto a otros críticos, contribuyeron con el estudio del tema de la soledad en las reflexiones sobre el autor. La soledad será entendida, en este trabajo, como energía autoformativa y sentimiento que posibilita la expresión literaria de la autobiografía en la obra rousseauniana. Elegimos algunas preguntas para orientar la reflexión: ¿Qué significa una escritura de sí como lugar de soledad y como afirmación radical de la propia existencia en Rousseau? ¿Qué sentido se le atribuye a la energía autoformativa de ambas cuando se trata de una maestría de sí mismo? Una de las formas de la escritura de sí que afirma radicalmente la existencia en Rousseau, se manifiesta en su obsesión por la “transparencia”, que lo llevó a conquistar una unidad entre el propio “yo” y el lenguaje, en la cual la palabra encarna al “yo”. Rousseau confunde su existencia con la propia esencia de la verdad, al tomar los recuerdos como materia prima para esas meditaciones que adquieren forma literaria, le confieren autenticidad a la obra y fabrican un discurso unificador porque está plagado de una verdad del sentimiento. Tal afirmación de sí también incluye la decisión de narrar su propia vida para transmitirle al lector una información más auténtica de cómo llegó a ser lo que es y, como consecuencia, para adquirir remisión y reconocimiento púbicos. La escritura de sí aparecería como un lugar de soledad, acto de libertad del escritor. La soledad irremediable del paseante actuaría en las Ensoñaciones como energía autoformativa, asumiendo un valor estético y contribuyendo para un errante e inagotable ejercicio de conocimiento del “yo” y de la existencia metamorfoseados en obra literaria autobiográfica.