Por medio de una interpretación hermenéutica, este ensayo tiende un puente entre el pensamiento de JeanJacques Rousseau y el pensamiento de Walter Benjamin en lo que se refiere a las concepciones de infancia que los mismos legaron. En ambos se interpreta la idea de una naturaleza de la infancia constituida estéticamente. En el Libro I del Emilio, y en algunos fragmentos del conjunto de la obra benjaminiana que versan sobre el tema, se encuentran conexiones entre los dos autores para pensar lo que se está interpretando como sus estéticas de la infancia. Con este ejercicio hermenéutico se actualiza el horizonte comprensivo sobre el tema, así como se aproximan las concepciones de uno y otro, buscando la familiaridad entre ellos cuando el asunto es la infancia, un lugar marcadamente estético.